Nuestra historia

Historia Hidromiel San Marcos
Testimonio Abraham

Historia de Abraham

Mi vinculación con la hidromiel es ancestral, casi genética. Mi familia, en su pueblito del norte de Polonia, donde vivíamos “desde siempre”, producía “su hidromiel”, siempre.

La elaboración familiar de nuestra hidromiel tenía el carácter de una ceremonia que oficiaba mi abuelo, yo, su nieto mayor, tenía el privilegio de ayudarlo. Su intención fue transmitirme sus arcanos conocimientos para que yo siguiera con la tradición.

El abuelo Kantor

En mi ámbito familiar la hidromiel no se consideraba como una bebida alcohólica más, con una finalidad específica como la cerveza que se tomaba para refrescar o el vodka para entrar en calor. Se tomaba por placer, por alegría, en las ceremonias, en fiestas, en las reuniones. En la luna de miel, una copita antes… y otra después.

La guerra destruyó todo, quedó el recuerdo.

El niño Abraham en su pueblo natal, Swyslodz

Hace unos años decidí cumplir con el mandato familiar, seguir con la tradición heredada. Me puse a fermentar miel siguiendo mis recuerdos, mi conocimientos sobre fermentación complementando con lecturas sobre el tema. No fue difícil, familiares y amigos actuaron como catadores y críticos, me estimularon.

La Argentina es gran productor y exportador de miel, es natural que produzca y consuma hidromiel, pensé.

Mi cuñada Sylvia vive en San Marcos Sierras que es la Capital de la Miel de Córdoba, allí instaló hace ya veinte años una bodega para producir hidromiel con la excelente miel de la zona. La dirige con tesón y gran pericia, el producto que fabrica puede competir con ventaja con todos los productos europeos que he analizado.

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Historia de Sylvia

Corría el año 2000 y mi empresa caía sepultada por las circunstancias.

Mi cabeza piensa y piensa y decide consultar con Abraham, mi cuñado, químico de alma y de profesión y le planteo el tema.

El ya estaba trabajando con la hidromiel por vocación ancestral, yo la había probado varias veces, me gustaba el producto y la idea, le pedí ayuda… ¡enseñame Abraham! y él con su generosidad y sabiduría, me fue explicando el cómo, la manera o el know how…y dia a dia sigue corrigiendo y controlando mi producto desde su sabor y desde lo analitico, así como cada una de las variedades que fueron surgiendo.

Es bueno recordar a mis amigos Wayna y Jancsi , quienes son los padrinos de mi emprendimiento, que con su tesón lograron apoyarme. No se si lo hubiera logrado sin ellos.

El Rincón en San Marcos Sierras es donde Sylvia produce día a día nuestra hidromiel

Agradezco vivir y producir en San Marcos Sierras, Capital provincial de la Miel, o «pueblito de la miel», pueblo libre de agrotóxicos donde se producen las mieles de monte más exquisitas.

Volvemos al 2000… la Municipalidad de San Marcos hace un concurso de productos derivados de la miel y me invitan a participar. Allí empezó la tarea, el crecimiento, los cambios, las distintas variedades, su presentación, participaciones en varias degustaciones en el INTA
de Neuquén, con fuerte aprobación y muchas cosas más.

La hidromiel fermenta en la tranquilidad del monte

Seguimos trabajando en plan de optimizar el producto cada día dado que nuestros consumidores son de una fidelidad asombrosa y hay como un culto, una devoción por el producto, me debo a ellos.

No quisiera olvidar la invalorable ayuda de mi querido esposo Rafael, porque sin él, este emprendimiento no habría sido posible.